Un amigo le dijo al sujeto que la semana pasada intentó que Carrefour le arreglase un teléfono averiado (http://www.teleprensa.es/ almeria-noticia-182770-C26oacute3Bmprate-un-m26oacute3Bvil-en -Carrefour.html) que trincase el terminal nuevo que le ofrecía el fabricante, Samsung, y se dejase de leches porque es imposible luchar contra un gigante por el mero hecho de que es incapaz de oír, ver o sentir. Pero al sujeto le contaron de pequeño el relato bíblico de David y Goliat, es experto en gestión de la comunicación y ya navegaba por internet antes de que la red se liberase en España, lo que da una enorme confianza en la fuerza que tienen las comunidades, internet y la difusión.
En tres días, aquella bitácora de Cómprate un móvil en Carrefour fue leída por más de 50.000 personas según las auditorías públicas que regulan esto del tráfico en internet, lo que quiere decir que el impacto es mayor que uno de los catálogos que los del súper francés te dejan en el buzón de casa. Resumiendo la historia para los nuevos, se trataba de denunciar el absoluto pasotismo de Carrefour cuando un teléfono que les compras a ellos deja de funcionar después del mes que tienes para su libre devolución. Ya no se trata de que no tengan un servicio técnico que se haga responsable, sino que nadie, en este caso Telefónica o Movistar como operador, que es donde ellos te remiten, te dice a las claras que ellos no cogen nada de Carrefour.
Esa bitácora no era más que un fiel reflejo de lo que sucede diariamente a miles de usuarios, personas que ven como las grandes empresas anuncian en enormes carteles sus garantías casi incondicionales y luego a la hora de la verdad se mueven como las salamanquesas para escurrir el bulto.
Pero no todos son iguales.La explicación fue muy clara “aunque no sea nuestra responsabilidad se trata de nuestra marca”, y así se lo dijeron, y supongo que verse envueltos en una guerra de internautas y lectores de periódicos digitales no debe ser precisamente su ideal de prácticas saludables para obtener una buena imagen. Pero el hecho de denunciar el caso les sirvió para descubrir algo que ya sospechaban, que Carrefour sólo les enviaba aquellos terminales que simplemente suponen un cambio y no los averiados, pese a que cada aparatito de esos que llevamos en el bolsillo puede tener una garantía de hasta cuatro años aunque su coste no supere los cincuenta euros.
Ciertamente no es Carrefour quien soluciona el problema, ni Movistar como estaba claro desde el principio, sino el propio fabricante por el mero hecho de que no se genere desconfianza hacia su marca y de hecho ha conseguido que uno de sus clientes pase de ser un mero mercenario del teléfono que compra por precio a un apostólico seguidor de su insignia por prestar atención a un problema.
Durante esos dos días que la Bitácora sobre el móvil comprado en Carrefour estuvo visible en portada, fueron cientos las personas que dejaron comentarios exponiendo situaciones similares. Algunos de ellos, la gran mayoría, contenían tantos insultos hacia la empresa francesa por la impotencia y desesperación que terminan generando en el consumidor que era imposible dejarlos visibles, pero sí nos ha llevado a descubrir una forma de ganar a Carrefour, Alcampo, Eroski o Mercadona, Telefónica, Movistar o Vodafone o contra ese promotor que entrega una vivienda nueva con más fallos que ladrillos en las paredes.
Es un verdadero berenjenal, pero desde este momento difundiremos todas y cada una de las reclamaciones que un sujeto cualquiera presente en un establecimiento aportando pruebas de llevar razón en su reclamación. Está claro que las oficinas del consumidor no valen y que las organizaciones que los defienden están para editar revistas, pillar publicidad de las marcas y subvenciones del estado para que no les traten muy mal cuando salen en la tele, o eso piensan un buen número de quienes comentaron la bitácora del teléfono que Carrefour se negó a arreglar.
La segunda parte de la historia es que no vale con contarlo, sino que hay que tener la suficiente mala leche para cuadrar literariamente ese relato, hacerlo ameno y que la red lo absorba, a lo que nos ofrecemos, me ofrezco personalmente, porque sobran dosis de motivación para ganar y pillarles, porque creo en la historia de David contra Goliat, pero por encima de todo porque las marcas aún no se han enterado del poder que tienen la red y las decisiones de compra que pueden llegar a variar. Empieza la guerra y éste es el campo de batalla.
De momento Carrefour 0 y consumidores 1 con un descubrimiento asombroso, por lo menos en Samsung puedes confiar a ciegas hasta que te demuestren lo contrario.
Fuente: teleprensa.es
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