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http://loquevivo.wordpress.com/2011/01/25/el-departamento-de-ideas-estupidas-de-carrefour-planet/
De aquellos años de hombre-para-todo me llevo muchos recuerdos que todavía salen en múltiples conversaciones y que me sirven para ilustrar con ejemplos cuestiones de la vida cotidiana. Uno de los más recurrentes era el del nombre que tenía entre los empleados un departamento que no existía: Departamento de Ideas Estúpidas. Su anecdotario es extenso (Nota mental: da para otra entrada en el blog), pero hoy viene a colación porque parece ser que tras la
Siempre me imaginé cómo funcionaba ese departamento. Un grupo de personas se reunían en un despacho sin luz natural con la única iluminación de la bombilla de un flexo. El humo de cigarrillos de película de gangsters no podía faltar… como tampoco podía faltar esa carcajada de malo de película de serie B que resonaba por los pasillos vacíos del hipermercado. Perdón, se me olvidó hacer mención a la nocturnidad con la que tomaban sus “iniciativas” (la alevosía se da por hecho con la carcajada).
La última producción de la factoría del Departamento de Ideas Estúpidas es la forma de intentar traer a España lo que llaman “Fila Única”. La idea de este tipo de fila es buena: una sola fila que va indicando las cajas libres para así optimizar el rendimiento de la línea de cajas. Hasta ahí, bien. Veamos (tras la experiencia vivida por mí en primera persona), cuál fue la aportación del Departamento de Ideas Estúpidas.
Pongámonos en situación. Sábado, 14 h. La hora de mayor afluencia de cajas por ser la hora en la que la gente abandona el hipermercado para ir a comer a casa. Comienza el caos. Gente andando como los zombies de The Walking Dead y, de repente, la pregunta mágica: “¿La fila única es aquí?” La gente mira extrañada a la persona que ha hecho esta pregunta. Nadie en la fila de la caja 34 sabe de qué está hablando esa persona. Levanto la cabeza y, efectivamente, hay un cartel de poco más de metro y medio de altura (y que, por lo tanto, no se ve entre la maraña de gente) que reza “Fila Única para todas sus compras”. No hay más explicación y la gente que estamos en las filas de cada caja (porque nosotros lo valemos) juntamos líneas para evitar que los que vienen de la Fila Única se nos cuelen, cuando en realidad, sin saberlo, los que nos hemos colado hemos sido nosotros. Cunde el caos. ¿Qué ha fallado?
Lo que ha fallado es el espíritu nacional francés de la compañía. Los franceses son los padres de la Ilustración y, como tales, consideran que siempre llevan razón. El otro rasgo distintivo francés es el hacerlo todo por las bravas. Hasta ahora, el paradigma de ésto que comento era la Revolución Francesa: la imposición por la fuerza de un sistema político y social más racional. Décadas antes, americanos e ingleses ya habían llevado a cabo algo similar, pero de manera mucho más civilizada y, además, sin implicar a nadie más. The American way, you know.
¿Qué tiene ésto que ver con la implantación de la Fila Única en España? Todo. Allí nadie explicaba nada, la señalización brillaba por su ausencia o era insuficiente… En definitiva, se trata de un intento chapucero de cambio de costumbres arraigadas (una caja, una fila) ahorrándose el dinero de una (o varias) personas que explicaran el funcionamiento del nuevo sistema. Señores de Carrefour, invertir es ahorrar, no gastar. Seguramente, por el número de reclamaciones que hubo ese día (cero), pensarán que tienen razón, pero sepan ustedes que yo me desahogué en Twitter a gusto, como lo hago de igual manera en este blog, que es la nueva manera de protestar y en la que, si no se están al loro, les terminará costando los beneficios.
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